martes, 27 de mayo de 2014

SURFING THE LIFE


 The Brooker Family, Picnic Point, Victoria, Australia 1915

El océano Antártico ruge. Me acompaña en los días melancólicos, llenos de pesar. Su fuerza me embriaga, bloquea mi mente, me llena de luz. Hace que olvide todo lo demás y baile al ritmo de sus olas.

Un viaje es una huida. Huir de los miedos, de la monotonía, de la creciente responsabilidad. Huir de lo que te ha tocado por sorteo, del futuro marcado, de la vida no elegida. Huir incluso de ti mismo, para encontrarte, para buscar, para decidir. El problema es que va todo en la maleta, hasta lo que decidiste abandonar. 

Pero ya han pasado muchos días y la tierra no deja de girar. 

Aquí estamos, surfeando los obstáculos, luchando cada día por lo que nos silba el corazón...

Porque no hay nada más bello que avanzar, sea donde sea, cómo sea, pero sin parar un instante. Cada uno tiene su propio ritmo, solo hace falta escuchar y descubrirlo. 

Os animo a soñar, porque no hay nada imposible, porque no hay destino inalcanzable, porque no existe aún aquello que con esfuerzo y energía no se pueda conseguir.

Lo bonito de la vida es que te enseña pronto a caer. Caer para después levantarse. Levantarse y seguir caminando. No lo olviden.

"To be, or not to be: that is the question". - Hamlet, William Shakespeare.